A raíz de la posible muerte de Luc ía Hiriart de Pinochet, en nuestros labios brota espontáneamente el juicio colectivo, que se va a ir derecho al infierno. Me da vueltas ese pensamiento colectivo incrustado en nuestra formación. Éste adoctrinamiento eclesiástico donde el bien y el mal están polarizados, gobernando cielo e infierno, para premiar o castigar nuestros actos, no da cabida a los matices, en la escala de tonos, los cuales efectivamente nos llevan a discernir, contrastar, tomar decisiones, más importante aun: a hacernos cargo. ¿Cómo desintoxicarnos de este pensamiento occidental del cristianismo? donde la persona que obra “mal” va al infierno por sus pecados, la espera el diablo para ensartarle su tridente y al fin, paga todo lo que hizo en vida. Aún personas que estimo por su lucidez, vienen con esas necedades de la viuda de Pinochet y otros personajes maquiavélicos. Ojala existiese un infierno, más aún un cielo, pero no es así, no hay ta...