Plasmo el olor que viaja a todas las narices mas refinadas. Desde su mierdal y banal mundo, llenase de moscas y gusanillos, de tenia, probablemente. Acercase esas narices, una a una, a olfatear la podredumbre, para percibir el aroma untuoso, húmedo, cálido y putrefacto. Como perfecto compost que se fue estancando, aún se percibían esas notas frutales y restos de vegetales en estado de descomposición como cadáveres exquisitos, que daban color y multiforme a esta mierda. Algunos no soportaron la fetidez y se alejaron raudos a sus quehaceres. mas que mal, es un espectáculo difícil de sostener. Ansiaba, un poco de privacidad entre esa mierda que tenía hasta el cogote, encender unas bostas d...