LA LECHE Y LA CARNE
Mi primera incursión con el porno, fue en unas viñetas sueltas, que encontré en un peladero.
Este acortaba camino a la casa de una prima en tercer grado, donde fuimos de visita, con mi madre y hermanos.
Eran en blanco/negro, otras a color desteñidas por el sol -detalles y realismo, muy bien logrado-los cuerpos se entendían bien para mi edad ( siete ) y obvio, el impacto y morbo de los órganos sexuales, siempre se ven más grandes, que los de uno a esa edad, ademas de los vellos, que hacen que se vea mas grotesco.
Recuerdo sentarme en una plaza, a la vuelta de la panadería -a verlos, sin que nadie me viera- las leí con dificultad, recuerdo que una de las mujeres, se enfrentaba a un penetrador hombre invisible, que las follaba en la playa y otra tenía el flujo vaginal muy dulce, e venía el apodo de miel, la vi untar un trozo de pan en su vagina y entregárselo a él, como prueba de su dulzura.
Llegue a la casa con el pan, después de tomar once, nos fueron a dejar al paradero -pasamos por la misma plaza- donde alguien vio los comic´s porno que abandoné, las pateó -el viento hizo danzar las imágenes-al voltearse todos vieron, empezaron a reír nerviosamente y mirar por el rabillo del ojo.
Recuerdo escuchar que un degenerado las vio y ese degenerado era yo.
Yo sabía de mi curiosidad con el sexo, en casa era un tema sucio, pero no me sentí así esa vez.
Me parecieron buenos dibujos, divertidas las ideas absurdas, de un hombre invisible y una mujer metiendo un pan en la vagina.
Me parecieron buenos dibujos, divertidas las ideas absurdas, de un hombre invisible y una mujer metiendo un pan en la vagina.
Ya con diez años, vi una revista pornográfica, donde mi madre trabajaba de nana, ahí salía en letras amarillas:
"El Enano Más Grande del Mundo ", se referían a su pene enorme, en muchas posiciones de penetración, con una rubia voluptuosa, también muchas fotos de mujeres mostrando o lamiendo los senos, el ano y abriendo los labios de su vagina, metiendo el dedo y probando el sabor.
Lo mejor estaba al final, que eran como cartas al editor donde salía un transexual, en ese momento no entendía nada, ah esas alturas de mi vida ¿como? una mujer rubia, con body blanco de encaje, collar de perlas, hablando por un teléfono rojo y asomando un sendo miembro masculino, colgando por un lado del inmaculado y ajustado body.
No sabía si ese era el director, si era una broma, una prótesis...no pregunté.
Ahí mismo donde trabajaba mamá, el viejo me quería harto, decía que me parecía a su hija menor y me llevaba a todos lados con el, incluso a buscar a sus prostitutas y a dejarles.
Me imagino eran las nueve o diez pe eme -ya había oscurecido- me encantaba ese recorrido nocturno, con la escotilla del auto abierta, el aroma de la noche y las luces ...íbamos al barón rojo, a buscar a una dos o tres, no tenía idea que ellas eran prostitutas, pero ellas iban en los asientos de atrás, del Honda único en Chile, del año noventa y cinco.
A veces conversábamos y se reían mucho, yo igual me reía.
Algunas se quedaban más de un día, pasaba el fin de semana, pero después tenían que irse .
jamás me di cuenta que era prostitutas, por que mis ojos no veían la diferencia, tampoco iban vestidas extravagantes, como clásico cliché chabacano.
Ya púber, con catorce años, decidimos ver una película, con mis compañeras de colegio, una de ellas ,mi mejor amiga, tenia un hermano en enseñanza media y un amigo de su hermano, le devolvió una película para entregar a él .
Todas nos reímos y pensamos en verla, alguien se le ocurrió, ir a una casa que quedaba cerca del colegio, fimos entre risas y compramos unas cervezas con limón, llegamos y comenzamos a verla : nerviosas colectivamente , mirando , gritando y riendo.
Fue un fracaso, la película estaba en una pieza y a ratos la veíamos, a ratos no.
Recuerdo pocas escenas -donde sentía más vergüenza, que calentura- tenía en mi cabeza, la idea de algo que llaman "Soft Porn", mucho cariño y besos, pero nada de eso, casi al final, estaban cinco weones erectos, balanceando sus penes y la toma, se fue a la sombra de esos mismos, a seguir su coreografía ridícula.
Fue un fracaso, la película estaba en una pieza y a ratos la veíamos, a ratos no.
Recuerdo pocas escenas -donde sentía más vergüenza, que calentura- tenía en mi cabeza, la idea de algo que llaman "Soft Porn", mucho cariño y besos, pero nada de eso, casi al final, estaban cinco weones erectos, balanceando sus penes y la toma, se fue a la sombra de esos mismos, a seguir su coreografía ridícula.
Ocasionalmente gracias a esos link´s, que laboriosamente, dejan en todos lados, encontré mil páginas de porno en la mía vida .
Pero mi gran trauma, ocurrió cuando por accidente, vi el historial de mi pololo, tenía diecicéis años y él cuatro años más.
Me molesto... lo callé, me dio rabia, como una infidelidad, sentí que era inferior a esas mujeres, sus cuerpos y movimientos -esas guarras, hacían sentir estúpida- mi cándida adolescencia y mis formas espigadas minúsculas, siempre revisaba y sufría, con lo que el veía, para mis adentros con ojos de furia .
Me molesto... lo callé, me dio rabia, como una infidelidad, sentí que era inferior a esas mujeres, sus cuerpos y movimientos -esas guarras, hacían sentir estúpida- mi cándida adolescencia y mis formas espigadas minúsculas, siempre revisaba y sufría, con lo que el veía, para mis adentros con ojos de furia .
Era un multi-engaño en mi tribunal -todas ellas deseadas por él y acabadas en su mano- me tenía destrozado el ego y líbido-
Aseguro, que esto pasa en pareja, por que lo eh comentado, con tantas mujeres y es muy normal cuando uno es pendeja, no estoy validando los celos de una adolescente, con imágenes, que son inalcanzables, por miles de razones, si no, más bien planteando un tema, que entorpece nuestra inicial vida sexual, en esta etapa inmadura.
La idea no es "Satanizar el Porno", pero en una relación de pareja, la falta de comunicación, confianza hace rasgar la intimidad que existe, llevando esos estereotipos, a la realidad que hay.
Y lo que se rompe no vuelve.
Y lo que se rompe no vuelve.
Recuerdo pelear mil veces por eso, verlo masturbarse mientras yo estaba ahí, haciéndome la dormida, después pelear y no acostarme con él ,en castigo a su placer personal.
Años después a los diecinueve años, empezamos a verlo juntos, no fue muy buena idea.
Era masturbarme con su pene, mientras miraba a otros follar, a veces me molestaba algo en esos actores, la cara de ella, sus uñas, gestos , el weón ¡ un viejo asqueroso!, casi siempre me molestaban los hombres.
Terminé teniendo una crisis sexual y mi libido desapareció por algo más de un mes, donde me acusaron de infidelidad -que fue solo estrés laboral- intentaba culiar, pero veía la cara de mi jefa, su voz sin vida, lo cual me sacaba de raíz de la situación.
Después de ver tanta wea, tenía algunas películas de mi agrado y buscaba minas que me gustaban y las veía masturbarse, mientras yo hacia scratch.
Luego me deje de cosas y solo veía esos videitos que te mandaban al Messenger o al Hotmail, cadenas de weas, gift porno para reír.
A travez de los años, eh visto crecer la industrial máquina de culiar, ver competencias de récord de penetraciones, más subgéneros, algunas amigas sabían más que los weones, acerca de rarezas.
La "Estética Grotesca" , se instalaba en el living, con programas juveniles que eran puros combos en la guata.
Las nenas tenían ese perfil porno hard, sabiendo o no, ese era el encanto de belleza para los años dosmil :
rubia, tetona, culona, cinturita, aro en el ombligo, aceitada, con boca de sexo oral, ingenua y dispuesta.
Al caer en esa estética , los tipos te quieren ver en cuatro, abriendo el culo y entre todos hacer el bukakke.
Pero ellas no estaban tan enteradas.
No, no había un renacimiento del porno en Chile, d echo dudo que esa generación supiese de los under inicios cumas de la industria de cine para adultos chilena y su diva colorína Rachel.
Los guiños para estas tontas pillas, eran evidentes, recuerdo una performance, donde a una de las cocoteras, estaba bailando y en el clímax del bailongo, cuatro bailarínes, le tiraban con extintores, una lechosa agua, en todo su escultural cuerpo adornado con tiras de látex negro y rojo.
Una fantasía mamita , como diría un gran amigo tranformista.
Las musas de Morandé, después de años de pasear, con todos los bikinis posibles, emular grandes escenas de películas y el mundo revisteríl, arte tan amado, por la dictadura.
Intentaron crear su propio estilo inexistente, hasta el día de hoy, todas esas sexyes han renegado de su olimpo, donde nos regalaron algún desliz de pezón, un amague de mamón o una erección en vivo.
Marlén Olivarí retomo tardíamente su estandarte de Porno Star, ella si tenía aptitudes completas, mas faltó convicción y ese receso -por las drogas creo- entibio el camino, aún tengo esperanzas.
También me las dio Valentina Roth, con una personalidad pre-púber, muy inquieta y sexual, en la pantalla de esos días, tenía la pasta para entretener con su elongación sin motivo y luego competir, en esas kermeses de gíles, donde daban ganas de ir de público -con un abrigo lleno de explosivos- o mas probable, a pajearnos, todos juntos, para hacer un verdadero clímax televisívo.
Al poco tiempo se puso intensa, "polémica" dicen los medios, que la buscan como profesionales del amarillísmo que son, regalando postales en un deportivo de una ex figura de fútbol , abatida por sus demonios sensuales, parrandera y amiga de los peores.
Para mi, perdió el foco de la fama que tenía a sus pies y su perfil de porno star, se desperdició de facturar, trono y portadas, con tanta farra, se veia derechamente una necesidad de mostrarnos su sexualidad y más aun sus dotes de gimnasta, digo esto sin ser pacata, es mi apreciación, mi analisis , veía sus ansias de tomar el estandarte de libertad sexual, donde la tecnologia colabora para abruptamente, regalarnos videos intimos que se filtran o se exponen.
Luego sufría ella y toda su familia en pantalla, volvía y nos regalaba algún manoseo, una foto, otra elongación a las tres am en una discotheque. Ni Angie Alvarado pudo, aún perdiendo su virginidad en cámara, en el primer día de un reality -lo intentó- creo que su madre la enderezó.
Luego sufría ella y toda su familia en pantalla, volvía y nos regalaba algún manoseo, una foto, otra elongación a las tres am en una discotheque. Ni Angie Alvarado pudo, aún perdiendo su virginidad en cámara, en el primer día de un reality -lo intentó- creo que su madre la enderezó.
Un sin fin de minas entre medio, filete nacional, transandinas, brasileñas, venezolanas, las más ricas venían acá, algunas tenían carnet de sanidad al día, acusaban otras, pero no -acá el costo nunca fue tanto- al menos en público se enfrentaban en una pelea pobre, un chamullo por aquí, un colaless perdido y un amante robado entre cerros siliconados indomesticables -nadie dio el ancho para hacerla toda- después de varios desnudos, fotos filtradas, pezones rebeldes, vídeos sin consentimiento, todas alegaban que la gallada no las respeta, que no les cree cuando sufren, que tiene hijos, familia, que nadie les toma en serio.
Empatízo con eso, hasta cierto punto, en que un mujer a tomado un estereotipo de belleza, ah modificado su cuerpo, conducta, trabaja con performance nudistas y cargadas al sexo de estereotipo comercial, para volver su humanidad, una vitrina a merced de los comensales que puedan pagar.
El weón que te ve en masa, es un energúmeno machista, en su mayoría, que quiere más de ti y nunca es suficiente para entregar ,por que son miles de ojos, miles de deseos, mas coronas, joyas
-tacos que no dan altura de miras- a cien años de soledad, tanta entrega a la nada, nada te devuelve.
Esa merma emocional desgasta a estas bellezas sin vuelta atrás, por qué el reloj no perdona y la vanagloria se vuelve banal.Cuesta colgar el colaless, por que el vicio de la carne no tiene límite y suculentas son las cifras que da, el desposte de Ninfas.
Mi padre me dijo "todo en este mundo es vanidad ", bíblico o no, él como carnicero sabía que, este mundo muere y nace todos los días, para mirarnos más allá /más acá, más cerca.
Creé mis propias performance sexuales en base a lo teórico y lo experimentado, ya no me caliento el mate, con lo que fué o lo que deberían haber echo esas esculturas.
Aunque tengo mis favoritas locales, como Nidian Fabregat y Lola Melnic.
El sexo que amo, es en el que te sientes amada desde el aliento a los confines de tu alma, con desenfreno llegando al dolor, anestesiado por la ansiedad, laboriosamente en calma, soñar,hacer cucharita, besar toda la noche esa espalda que amas, esas manos que tiene la maestría de interpretar, las ondas placenteras de la complicidad, sentir que "el lugar " es ese pecho que te recibe en plenitud...
El sexo que amo, es en el que te sientes amada desde el aliento a los confines de tu alma, con desenfreno llegando al dolor, anestesiado por la ansiedad, laboriosamente en calma, soñar,hacer cucharita, besar toda la noche esa espalda que amas, esas manos que tiene la maestría de interpretar, las ondas placenteras de la complicidad, sentir que "el lugar " es ese pecho que te recibe en plenitud...
Me gustó el texto en forma y contenido, a ratos me recuerda la "deslenguada" (si vale la expresión) escritura de Lemebel y en otros algunas lineas de un ensayo de Preciado "Pornotopía", que mucho mas pretendidamente teórico, se refiere a muchas intuiciones que leo en tu escrito.
ResponderEliminarMe estimula leer lo que escribe gente en, a éstas alturas, "otras plataformas".
Saludos
saludos estimado, me honra lo de la mariquita y revisare el ensayo, acá parto reciclando escritos, crónicas, poemas, espasmos y hasta cuentos infantiles ...
ResponderEliminarun abrazo