Estábamos aprovechando, la ultima tarde en la playa más popular y polarizada del litoral. Empezaban ya retirar las masas de familias numerosas, el clima era perfecto nublado con brisa cálida.
Antes de tí, se acercó una pastera, artesana y hippie.
Lo digo en ese orden, porque así transamos palabras, en medio de una venta impuesta, donde me mostró sus diestras y destruidas manos con un discurso violento, acerca de la calle, sus penurias y vivezas, que luego desarticule con dos -te va a ir muy bien- entregándole su porta incienso.
Tenía el mismo tono de piel, incluso ambos tenían ojos verdoso claro o resaltaban más, en la tez bronceada intenso, con tonos anaranjados, amarillos y suciedad.
Eres alto, medio arqueado de tan alto, manos grandes, uñas gigantes amarillentas, cuando las descubren los guantes, tus cabellos están decolorados de castaño claro a colorines por el sol y la sal, adornadas con un sombrero pescador, que ya es parte de esa maraña, tu cuello tiene mil cueros con dijes de todo tipo :
Bob Marley, Jesús, un diseño Rapa Nui, dos tipos de Ying Yang .
Dijiste que la gente es sucia, pero ellos te miraban a ti con asco.
No creías que vivían así, en sus casas, ya largos años, en una decisión abrupta, te dedicaste a recoger basuras con un arpón, una malla y una jauría de perros adquirida en los callejeos y borracheras .
Te agotaste de Stgo.
De Puente Alto, hablamos de la Monse, del Mamino, mítica Callampa de la plaza de armas del pueblo, el viejo Roubilard, los cadenazos al tendido eléctrico, los problemas de la reubicación de las tomas de todo Santiago a Puente Alto.
Afuerínos y castas de papeleros ; huasos todos.
Caché que somos del mismo pueblo, el de las arañas, entonces dijiste, que tenías varios líos y que te fuiste por proteger tu libertad... empezaste a limpiar como una locura sana, como una rehabilitación, entre medio te curaste raja y te abrigaron los perros, los mismos que te protegieron de los controles de los pacos, eres astuto y tu forma de relatar es graciosa con toques reflexivos.
Volviste a nuestro pueblo a ver tu semilla, que criaron bien.
Con orgullo dices que salió de la U y que es filósofo, que viaja, desde donde sea te escribe, que no se avergüenza de ti, que han echo las paces. Lo último no lo creo, pues tu voz se torna quebrada y va apretándose, miras al horizonte, queriendo abandonar tu relato, insistes que la gente es sucia y justo llega una camioneta amiga a buscarte, te vas en andas rodeado de sendos tarros, repletos de los desechos playeros de malagestados Santiaguinos -riendo -despidiéndote contento.
Somos de puente, lugar para abandonar, feo, sucio, rancio y aburrido.
Donde quisiera hacer las paces de rial, pero ya no esta mas la casa blanca, la acequia bañando interminablemente la melena del sauce, ni la vieja tiene fuerzas de hacer pan o darme unos varillazos, para no escapar más.
Mercedes Toro.-
Amiga querida, está hermoso!! Por fin pones tus palabras en la red. Ojalá se esparzan, se multipliquen, como hojas, como semillas. Bien lo valen. Te quiero pedir un favor: si a veces no encuentras respuesta cuando lean, no te preocupes, tiene que ver con intensidad. El Rayo no es para todos.
ResponderEliminarUn abrazooooo!!!!
caspitas! rayos! @.@
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